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UNA CARTA PARA HUGO LAURENCENA
Hernán Casciari Vamos a ver. Dejame que haga memoria. Esto que te voy a contar pasó hace casi quince años, en Buenos Aires. El kiosco estaba en Santa Fé casi esquina Cerrito. Un drugstore, toda la noche abierto. Vos venías de Alexis, haciendo zigzag y hablando solo. Un borracho más a las dos de la mañana, pensamos nosotros. Los ojos colorados, media sonrisa. No me acuerdo qué nos pediste: cigarrillos, lo más probable. A esa hora no es difícil que se te pongan a hablar los borrachos. Estábamos acostumbrados. Chiri hacía los viernes horario nocturno en el drugstore, y yo le hacía al aguante. No tenía por…
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EL PUCHERO MISTERIOSO
Gino Winter Una mala racha impresionante me había dejado otra vez al borde del desalojo y de la inanición, obligándome a aceptar trabajos no muy confiables. No es que yo sea antisemita ni neonazi —es más, en mi país algunos pensaban que yo era del pueblo elegido—, sólo sucede que mi relación con los judíos siempre ha sido un tema cinemático, de velocidades variables: me cobran demasiado rápido y demoran una eternidad para pagarme. El problema es que, a diferencia de las veces anteriores en que me topé con rabinos y jacoibos duros de codo, pero honrados —a uno le decían el Canguro, porque las manos no…
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HISTORIAS QUE MATAN
Jorge Martillo Monserrate “Caminando por la ciudad uno imagina o encuentra historias y personajes. Por eso te vuelvo a declarar: Guayaquil, me matas; la vida y la muerte están en tus calles”. Leyenda de amor. Aquella noche en que los españoles incendian la aldea, el cacique Guayas descansa junto a Quil. La salvación es huir a la isla Santay. Lo hace Quil acompañada de dos remeros. El cacique ve el fuego que cada vez está más cerca. Intenta abordar la nave, lucha pero es sometido. Mientras los remeros bogan por el río Guayas con Quil de tripulante, los españoles interrogan a Guayas interesados por los…
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CANARIO VIEJO
Juan José Morosoli Cuando Toledo embarcó en «Las Palmas» traía «lo puesto». -Llevás poco, le dijo el padre. Y él contestó: -Con menos me van a enterrar. Lo puesto y en el bolsillo del saco unas pesetas y un trozo de lino «sin pecar’ que guardaba un poco de levadura. -De esta levadura han comido todos los Toledos, le dijo la madre. -Sí, dijo el padre, llevás con ella tierra y sudor del primer Toledo. Bien sabía él esto. Cuando un hijo se casaba los padres le entregaban un poco de aquella masa. La novia traía luego una porción igual.…
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EL VIEJO EN EL PUENTE
Ernest Hemingway Un viejo con gafas de montura de acero y la ropa cubierta de polvo estaba sentado a un lado de la carretera. Había un pontón que cruzaba el río, y lo atravesaban carros, camiones y hombres, mujeres y niños. Los carros tirados por bueyes subían tambaleándose la empinada orilla cuando dejaban el puente, y los soldados ayudaban empujando los radios de las ruedas. Los camiones subían chirriando y se alejaban a toda prisa y los campesinos avanzaban hundiéndose en el polvo hasta los tobillos. Pero el viejo estaba allí sentado sin moverse. Estaba demasiado cansado para continuar. Mi misión era cruzar el puente, explorar…