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LA FALSA MONEDA
Charles Baudelaire Mientras nos alejábamos de la tienda de tabaco, mi amigo hizo una cuidadosa clasificación de su dinero; en el bolsillo izquierdo de su tapado deslizó unas moneditas de oro; en el derecho, unas moneditas de plata; en el bolsillo izquierdo de su pantalón, muchas de bronce, y finalmente, en el derecho, una moneda de plata de dos francos que examinó con especial atención. “¡Qué singular y minuciosa repartición!” me dije a mí mismo. Nos encontramos con un pobre que nos tendió su gorra temblando. No conozco nada más inquietante que la elocuencia muda de esos ojos suplicantes, que contienen a la vez, para el hombre…
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DESPUÉS DE LA CARRERA
James Joyce Los carros venían volando hacia Dublín, deslizándose como balines por la curva del camino de Naas. En lo alto de la loma, en Inchicore, los espectadores se aglomeraban para presenciar la carrera de vuelta, y por entre este canal de pobreza y de inercia, el Continente hacía desfilar su riqueza y su industria acelerada. De vez en cuando los racimos de personas lanzaban al aire unos vítores de esclavos agradecidos. No obstante, simpatizaban más con los carros azules -los carros de sus amigos los franceses. Los franceses, además, eran los supuestos ganadores. El equipo francés llegó entero a los finales en los segundos y terceros…
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LOS ESCRIBIDORES
Pedro Gil a los distinguidos y tozudos poetas de una ciudad anónima así que bebieron purgantes de neologismos para gramaticar el verbo así que con el diccionario en el bolsillo circulan las calles, sufren, asisten a los concurso del engaño, hablan de la artritis de la vecina y de sus libros que no leyeron. sueñan que metaformosean el mundo, sueñan con la verga de la eternidad y que son inmortales. y están convencidos, están bárbaramente convencidos, nacieron con los nombres más perfectos de un poeta. lo desastroso es que no saben que cada uno es una circunscripción del olvido y que la inteligencia de…
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AGUJEROS NEGROS
Samanta Schweblin El doctor Ottone se detiene en el pasillo y, muy despacio al principio, comienza a balancearse sobre las plantas de sus pies, con la mirada fija en alguno de los azulejos blancos y negros que cubren todos los pasillos del hospital, así que el doctor Ottone está pensando. Después toma una decisión, vuelve a entrar al consultorio, prende las luces, deja sobre el sillón sus cosas y busca, entre todo lo que hay en su escritorio, la carpeta de la señora Fritchs, así que Ottone está ocupado con algún tema y se propone encontrar una solución, una repuesta al menos, o derivar ese tema a…
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REFLEXIONES
Rodolfo Fogwill Cuando un imbécil se ha vuelto prescindible para sí, íntimamente se sabe prescindible para los otros. Esto se aprende en las salas de terapia intensiva, los tiroteos, los naufragios y en ningún otro lugar del mundo, creo. Hace tanto tiempo me supe prescindible que ni lo recordaba y esta reflexión sobre la memoria me ayuda a prescindir de vos y de tus efectos sobre mí, que siempre imaginábamos no eran sino los efectos que producía sobre vos el reconocimiento de que «algo hubo». Ya ves, estoy muy viejo y continúo escribiendo cartitas de amor, pero desde que me supe prescindible sólo escribo cartitas de amor…