• BITÁCORA DE VIDA,  REFLEXIONES

    UN DEPORTE PELIGROSO

    Luis Cordero Tuve, y tengo, la suerte de contar con amigos excepcionales. Carlangas y Julito entre los mejores de ellos. Nos reuníamos en nuestra alegre y despreocupada juventud en su casa, junto a su padre. No todo giraba en torno al juego de dados o de cartas, en los que apostábamos migajas propias de nuestras incipientes economías. También había conversaciones cultas usualmente sobre literatura, teatro, algo de pintura y anécdotas sobre el ajedrez, deporte ciencia que practicaban ellos. Siendo ellos mis mayores, ya universitarios, nuestras alegres reuniones acogían a muchos otros amigos. La mayor parte de ellos vivían o habían vivido en nuestro barrio. El juego de corazones en naipes…