REFLEXIONES

SERENDIPIA

 

 

Gonzalo Peltzer

 

La palabra serendipia nació en una fábula de Horace Walpole en la que tres príncipes orientales se la pasan descubriendo por accidente cosas geniales en la isla de Serendip, que es el antiguo nombre de Ceilán. El diccionario Oxford define la serendipity como hechos o hallazgos positivos que ocurren por casualidad. Y según la Real Academia Española, la serendipia es un “hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual”. Sea lo que sea, seguro que no es accidente con suerte, como algunos creen, sino la lógica propia de los acontecimientos o de lo que ocurre sin nuestra intervención. Es la comprobación empírica de que la naturaleza tiene su propio rumbo y cuando nos empeñamos en cambiarlo termina todo como la mona.

No hay nada peor que intentar dormir porque la misma ansiedad nos hace perder el sueño, así que lo mejor es relajarse y disfrutar de una buena lectura, de un sánduche rico o de una temporada entera de Game of Thrones. Aproveche el tiempo que le regala la falta de sueño y va a ver cómo el mismo sueño lo va a vencer. ¿Hay mucho drama en pasar un día con los efectos de la falta de sueño? Lo hacemos a cada rato sin insomnio, pero resulta que nos preocupa justo cuando nos cuesta dormir. No se haga drama ni le haga caso y va a ver que el insomnio se le va de la croqueta y duerme como un bebito.

Las cosas que se pierden no se encuentran buscándolas sino con pura serendipia. Hay que pensar un poco para atrás y recordar la última vez que vimos o usamos lo que se nos perdió, pero sobre todo hay que esperar a que las cosas actúen solas: ellas claman por sus dueños casi como si estuvieran vivas; en realidad es nuestra cabeza la que actúa sin darnos cuenta. Buscar atolondrados es pura pérdida de tiempo y un obstáculo a la serendipia.

No existe el trabajo perfecto y cuando no lo tenemos hay que tirarse de cabeza en lo que salga, que va a ser el mejor trabajo porque el mejor trabajo es el que se tiene y no el que uno se imagina, entre otras cosas porque siempre pensamos que somos mucho más de lo que creemos. Y el dinero es dinero y así como viene se va. Déjelo tranquilo que tiene su propia lógica y apenas sirve para algunas cosas poco importantes de la vida. Cuando tenga que llegar, llegará; y si se vuelve loco por conseguirlo solo va a conseguir volverse loco.

Pero lo mejor de la serendipia es que un buen día nos damos cuenta de que era mejor perder la plata, estar despiertos cuando los demás duermen o disfrutar de unos días de vacaciones forzadas o de pobreza obligada. La serendipia es toda una actitud que le recomiendo para muchas cosas de la vida en las que terminamos metiendo la pata y que seguro saldrían mejor sin nuestra intervención.

 

Fuente: http://www.larevista.ec

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