• DE TODO UN POCO

    MI MUJER

    Alberto Laiseca —Queréis la guerra total, más total que todas las guerras totales que han sido, más total incluso, de lo que yo pueda estar diciendo en este momento, os pregunto de nuevo, ¿queréis la guerra total? Les largo puchos encendidos a la gente que pasa abajo por la calle. Soy malo. De mal corazón. Cuánto los odio: me acusan de querer  mojarle la oreja a la centralización. “Escuchame, aquí no se trata de mojarle la oreja a la centralización.” Los odio a todos. Plagiando una famosa cinta cuyo título no recuerdo, les reviento a los chicos sus globos con mi pucho encendido. Fumo exclusivamente toscanos y me siento en…

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    NUESTRO TREN

    Jorge Asís. Generalmente, los que subimos en el Tigre nos conocemos; llevamos casi todos un bolsón chiquito, de esos que dicen Air France, o Alitalia, y aunque nunca hablamos una palabra, con la mirada nos saludamos. Somos morochos, leemos la Crónica, cuando llueve traemos los zapatos embarrados, venimos del Rincón de Milberg, o por ahí. Tiene que verlo al tren a esa hora. Vacío, lleno de asientos para nosotros; todos para nosotros. Fumamos, arrancamos, a lo mejor cambiamos de asientos, total. En la primera estación suben más de los nuestros: es Carupá. Imagínese, mucha gente que viene de Pacheco, de todos esos barrios nuestros que hay por ahí. Y tiene…

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    DE CÓMO REPARTIÓ EL DIABLO LOS MALES POR EL MUNDO

    Ciro Alegría Voy a contarles, y no lo olviden, porque es cosa que un cristiano debe tener bien presente, esta historia que nosotros no olvidaremos jamás y que diremos a nuestros hijos con el encargo de que la repitan a los suyos, y así continúe trasmitiéndose, y nunca se pierda. Esto ocurrió en un tiempo en que el Diablo salió para vender males por la tierra. El hombre ya había pecado y estaba condenado, pero no había variedad de males. Entonces el Diablo, con su costal al hombro, iba por todos los caminos de la tierra vendiendo los males que llevaba empaquetados en su costal, pues los había hecho polvo.…

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    LA TARJETA

    Sergio Ramírez Humberto Solano nació en el Barrio de Pescadores. Sus primeros años los pasó a la orilla de las cloacas haciendo barquitos, y su juventud, en los billares y en los burdeles de la costa. Pero cuando su padre en una picazón se ahogó allá, como a veinte varas del muelle, se tuvo que poner a trabajar porque se quedó solito con su mamá y Chabelita, que era la hermanita menor. Primero fue pescador, porque en el barrio es el oficio más general. Después se aburrió del lago y se hizo cobrador de un bus urbano y también se cansó, y más, porque lo mareaba el tufo a gasolina…

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    LAS TRANSFORMACIONES DE LA BRUJA

    Jorge Mercado La perdición de mi abuela fue un señor del que se enamoró. Ella era una señora tranquila, respetada por su bondad y su carisma. Dicen que los moribundos, antes que preferir acudir al cura para recibir los últimos ritos, la invocaban a ella, porque en su presencia encontraban un símil de la gracia de La Virgen y morían en paz y sin dolor. Por eso la llamaban La Virgen Moribunda. También dicen que el mote se debía a todos los hombres del cantón que la cortejaban y a los que ella despreciaba sin titubeos, pero que, aseguraban, cualquier rato alguien le iba a matar la virginidad. Ya se…