FACUNDO CABRAL Y LA COBARDÍA
Gino Winter
Facundo Cabral es el desove… Alguien me dijo que cada quien es dueño de sus miedos y siempre me reí de los cobardes que pulularon a mi alrededor. Me burlé sàdicamente (confieso esa falta de elegancia). Yo pensaba, paranoicamente, que los cobardes me seguían y recién me doy cuenta de que no era así, lo que pasaba es que nací en un país en donde abundan. Están por todos lados —disfrazados de caballeritos snob— para pasar piola en una sociedad hipócrita, siempre tratando de no comprometerse, siempre tratando de que sea otro el que ponga el pecho, otro a quién echarle la culpa y así poder andar siempre impolutos, acariciando sus encajes de marca, como en una corte luisiana llena de cortesanos maricas.
Coincido con Facundo en que los cobardes dan cólera, irritan. Lo diferente es que ahora, desde la individualidad de mis años, ya no tengo porqué soportarlos, salvo ocasionalmente con cristiana tangencialidad por la amistad añeja… es extraño, pero uno llega a querer a algunos pocos.
Otros hallazgos de Facundo que comparto son su amor por la soledad (la única hembra fiel) y su aceptación de la muerte como algo natural que de todas maneras va a suceder, tema que los cobardes nunca quieren tocar.