ATRÉVETE A CRECER
Carlos Mora Vanegas
Los hábitos mentales pueden hacer que seamos cínicos, que carezcamos de esperanza, que tengamos miedo y que estemos amargados. Es más fácil ser crítico que ser justo.
Robert Conklin
¿Sientes que has crecido como persona? ¿Cuentas con un medio favorable para ello? ¿Te ha dado oportunidad tu trabajo, empresa? ¿Te ha sorprendido en tus imperfecciones? ¿Qué has hecho al respecto? Son algunas preguntas que ya deberán tener respuestas en tu tránsito por esta dimensión,
Recuerde lo que el Tao señala: “Tuércete y conviértete en un todo, inclínate y tórnate recto, vacíate y te llenarás, gasta energía y renuévate”.
Lo cierto, que en este breve tránsito debemos permanecer atentos en todo aquello que nos permita crecer, no podemos perder tiempo, especialmente cuando nuestro futuro es incierto, no sabemos qué puede sucedernos mañana. Lo importante, es estar identificado con la necesidad de crecer, ser cada vez mejores, más liberado de los yoes que creamos, originados de los estímulos ilusorios del mundo externo. Debemos tratar de ser felices en este bogar, entender y saber utilizar nuestra razón de ser, tener presentes las palabras de Henry Ford: “El objeto de la vida es el trabajo, la experiencia, la felicidad”. Hay alegría en el trabajo: Todo lo que el dinero pueda hacer es comprarnos el trabajo de otras personas a cambio del nuestro. No hay felicidad a menos que nos demos cuenta de que hemos logrado algo.
Por su parte el Dr. Albert Schweitzer, filósofo y médico misionero afirmó: “No sé cuál es tu destino, pero si se una cosa: los únicos de aquellos que te rodean que serán felices de verdad son los que habrán buscado y encontrado cómo servir a los demás”.
Mientras que Charles Burr lo expresa así: “Las personas que solo quieren recibir no consiguen la felicidad, pero los que dan si la consiguen”. Simplemente tienes que dar a los demás un poco de ti mismo, una atención, una idea útil, una palabra amable, echar una mano a alguien en un momento difícil, mostrarte compasivo, una sugerencia oportuna; tomas algo de tu mente, lo adornas con la bondad de tu corazón y lo pones en la mente y en el corazón de otra persona.
Definitivamente, hay que saber aprovechar la oportunidad que se te da ya sea en el desempeño de la labor, en donde se requieren de tus conocimientos, tu colaboración, en donde te sorprendas inatento, donde puedas retroalimentar tus errores y además tengas presente, que una de las grandes satisfacciones en el bogar por este plano, es sentirte que has obrado bien, que has alcanzado la paz, que encontraste razón a tu existencia, que has cumplido con tu misión y que cada día creces a través de tus buenas acciones y corregido tus imperfecciones.
No descuides tu siembra, tu obrar, como nos lo recuerda Conklin, en donde los plantadores son los que tienen la paciencia, fe y perseverancia para plantar un huerto. Abonan, riegan y cuidan los arbolitos mientras empujan sus tallos que perforan el suelo como lanzas, en su lucha por convertirse en árboles frutales.
Nunca te desvíes del objetivo fijado, perseverar hasta lograrlo, eso es crecer, el crecimiento personal fortalecido por la adversidad y la seguridad de uno mismo. No te dejes manipular y encarcelar por ilusiones falsas, descubre en ti tu potencialidad, tus habilidades, aptitudes y notarás cómo todo te saldrá bien, contando además con el optimismo, seguridad, potencial necesario para su logro.
Robert Conklin nos invita a descubrir los extraordinarios poderes que posee la mente para crecer, descubrir las capacidades ilimitadas de la mente para aprender, sentir, conocer, percibir y hacer cosas que nunca antes han sido hechas, puede ser una enriquecedora experiencia de crecimiento. Deja de crecer y empezarás a morir. Me atrevo agregar, te estancarás, perderás la gran oportunidad que se te da de mantenerte en esta dimensión. Mira en tu interior, indica Conklin, y saldrán a relucir los comportamientos inadvertidos de tu personalidad, además nos sugiere, que no lo confundamos con el aprendizaje, procediendo este último de la explotación de habilidades e información exteriores a uno mismo. Pero cuando la experiencia, el saber, el talento, los sentimientos y las intuiciones se valoran con el corazón y la mente, eso es crecimiento personal. Solo se puede lograr escudriñando en tu valioso templo interior. Simplemente no lo descuides, no lo dejes para mañana, aprovecha tu aquí y ahora.
Fuente: http://www.articuloz.com