TANTO TIENES, TANTO VALES
Alejandro Arroyo Carbonell
Es uno de los refranes más populares que existen y para los que no vivimos para adorar al Dios Dinero, es algo que nos revienta de esta sociedad materialista, pero la realidad es que te guste o no, así es.
Aunque muchas personas tienen valores de vida basados en las virtudes humanas, existe un principio psicológico que hace que de forma inconsciente y para casi todos, el dinero que se tiene sea valorado de forma automática por encima de otros factores.
Hechos que demuestran que tanto tienes, tanto vales
Se han hecho diversos estudios sociológicos en los que se confirman que si un desconocido te para en plena calle solicitando ayuda, la predisposición a hacerlo es mucho mayor si esa persona viste ropa cara e ¡incluso si te pide dinero, porque le han robado su cartera!, que si lo hace un mendigo.
Respecto al arte de ligar o conquistar, el dinero atrae más que un imán a los metales, por ejemplo los chicos que tienen coches lujosos o simplemente son niños de papá, aumentan muchísimo sus posibilidades de “enamorar” al sexo opuesto. En un primer instante la valoración del status es incluso superior a la del físico, que es lo primero que ven de ti. Hablando en plata, un feo con dinero liga más que un guapo pobre.
Que tanto tienes tanto vales y que la búsqueda desmedida del dinero a cualquier precio es un hábito muy extendido, lo vemos en casi todos los ámbitos de la sociedad.
No me taches de machista porque no lo soy en absoluto, pero debemos saber que la mujer tiene una tendencia natural a buscar la seguridad muy por encima del hombre, basada en que ella siempre ha tenido que preservar la supervivencia de los hijos desde la época de las cavernas y aunque ahora algunas las han sustituido por mansiones de lujo, esa atracción por la protección que brinda el dinero sigue estando vigente.
Para comprobarlo observa la infinidad de casos de jóvenes y guapas que se casan con viejos ricachones. ¡Es que el amor no tiene edad… sobre todo si viene cargado de millones!
En estos casos hay un intercambio justo, el abuelo disfruta de la compañía de la mujer florero y ella de su billetera.
El conseguir dinero no como un medio, sino como propósito de vida, es una religión que muchos siguen como fanáticos.
Otros estudios que además he comprobado por mí mismo en encuestas a cientos de personas es que unas de las primeras preguntas que surge en la mente de la mayoría cuando conocen a un extraño es: ¿Cuánto dinero tiene? ¿tiene éxito? ¿a quién conoce?
Vivimos en un mundo de hipocresías y esto será negado por mucha gente, pero lo admitan o no así es.
El tipo de personas que se acercan a ti cuando creen que tienes una buena posición es algo que ya te expliqué en mi post sobre los aduladores y pelotas.
El caso de los artistas y futbolistas (y te aseguro que conozco a unos cuantos), es también uno de los más evidentes de que “Vicente va dónde va la gente” y de “por el interés te quiero Andrés”. Cuando están en la cima todos se acercan y les ofrecen parabienes y facilidades, pero si caen en desgracia los supuestos amigos del alma desaparecen a la velocidad de la luz.
Estas conductas se producen por la carencia de valores personales fundamentados en qué eres, qué haces y qué aportas al bien común. El valor intrínseco no cuenta, lo que vale son las apariencias.
El desarrollar las virtudes humanas es una chorrada, ¿qué sentido tiene cuando lo que manda es Don Dinero? Lo que cuenta es lo que tienes y lo que aparentas. Y la única medida con la que la mayoría valoran el éxito personal es la cifra de la cuenta bancaria.
No es el mundo en el que muchos deseamos vivir, pero es el mundo que tenemos, aunque siempre podemos mirar para otro lado o bajarnos del tren.
Fuente: http://lasleyesdelexito.es/