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EL OTOÑO DE LA VIDA
Bernard Fougéres Hubo una época en que deseaba que todo ocurriera con rapidez, a los 15 me urgía ser mayor de edad, luego soñé con alcanzar los 30, tener una buena profesión. Asimismo, la vida se me fue desbobinando como una película que acaba de romperse, rebasé los 40, los 50, los 60, los 70 sin siquiera sentir el paso del tiempo. Una y otra vez tuve que acudir a las salas de velación, vi morir a muchos amigos o conocidos, artistas, políticos, sacerdotes, traté siempre de imaginar que podría sobrevivir una década más. Cuando alcancé recientemente la barrera de los 80 tomé conciencia más amplia de…
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ANAMNESIS
Silvina Ocampo Mi paciente tiene una idiosincrasia extravagante, un organismo con memoria, una sensibilidad, una presciencia infatigables. Preparada desde la más tierna infancia para el contagio absorbe gérmenes y contaminaciones a velocidades incontrolables. Mejor sería no hablarle de incestos. Un rencor ancestral duerme, más bien, vela, en sus entrañas. Séquitos de materias inalienables cuyos orígenes oscuros se desconocen hacen abortar sus mejores planes. No puede abrir un cajón para buscar un lápiz violeta. ¿Por qué violeta?. Dice que las palomas tienen algunas plumas de ese color sobre el pecho. Si interrogo extrañado: —¿Violetas? —protesta. —No. No son violetas. Si insisto en preguntarle: —Entonces ¿por qué dice que son…
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UNA PALABRA SIN COMPRENDER
Naguib Mahfuz El «jefe» Randas dio un largo bostezo y retiró la manta de su cuerpo. Se sentó en la cama y se rodeó las piernas con los brazos. Parecía inclinado por el peso de una gran preocupación que se reflejaba en su cara ancha y llena. Miró a su esposa, que estaba de pie en medio de la habitación cubriéndose el cabello revuelto con un pañuelo marrón, y le dijo con voz soñolienta: -He tenido un sueño extraño. La mujer se volvió hacia él con interés y respondió: -Todo irá bien, si Dios quiere. -Me he pasado toda la noche con Hasuna Al Ta-rabishi. La mujer lanzó…
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LO TARDÍO
Medardo Ángel Silva Madre: la vida enferma y triste que me has dado, no vale los dolores que te ha costado; no vale tu sufrir intenso madre mía, este brote de llanto y de melancolía. ¡Ay! ¿Por qué no expiró el fruto de tu amor, así como agonizan tantos frutos en flor? ¿Por qué, cuando soñaba mis sueños infantiles, en la cuna, a la sombra de las gasas sutiles, de un ángulo del cuarto no salió una serpiente que al ceñir sus anillos en mi cuello inocente, con la flexible gracia de una mujer querida, me hubiera librado del horror de la vida? ¡Más valiera no ser a este…
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APRENDER A LOS GOLPES
Gonzalo Peltzer Fui a un colegio solo de varones en una época en que era lo más normal. No era privado ni exclusivo el Nacional Nº 2, Domingo Faustino Sarmiento, en Buenos Aires. Había colegios mixtos, públicos y privados, pero eran la excepción. Así que ahora imagínese las peleas que se organizaban en un colegio estatal de varones, con cuatro divisiones por curso y tres turnos por día. Aprendíamos todos a ser grandes en la escuela de la vida, a los golpes y a fuerza de tropezones, y el colegio no era más que otro escenario de nuestro aprendizaje, como el de todo el mundo. En aquella época…