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PUEBLO, FANTASMA Y CLAVE DE JOTA JOTA
Fernando Artieda «…Yo sé que tú lo dudas que yo te quiera tanto. Si quieres me abro el pecho y te enseño el corazón». Y le llegó su caimán su Julio Verne por eso de que de la tierra a la luna, de que viaje al centro de la tierra. Cosa tan triste. Y fue como si anduvieran ofreciendo la muerte a domicilio porque de pronto se encendieron las rocolas en el pollo loco en el chuzo engreído en el no te agüeves y la voz del man entró así con todo por las ventanas de las casas por las goteras del techo por las rendijas…
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ANTES LOS AUTOS ERAN GENTE
Hernán Casciari Salgo muy poco, pero cuando no queda más remedio me pone muy triste ver los autos en la calle, estacionados. No puedo reconocer a ninguno, no sé de qué marca son, ni de qué país. Antes los autos eran todos distintos, como los humanos. Cuando yo era chico los autos tenían personalidad. Había autos fornidos, prepotentes; los había tímidos y perezosos. Ahora son todos igualitos: redondeados arriba, medio aerodinámicos, y de colores tristes. Antes no. Yo sabía diferenciar un Peugeot de un Dodge, un Fiat de un Renault. Hasta que apareció el Ford Sierra y todos los autos empezaron a ser el mismo. Ahí, en…